Desde siempre, el tema sobre el consumo de marihuana ha generado mucha polémica. Aunque algunos lo definen por el simple hecho de tratarse de algo natural, la realidad es que en el organismo puede causar daños, tanto a medio como a largo plazo.
Los datos oficiales presentados indican que alrededor de 320.000 españoles fumaron cannabis de manera habitual, sin que tengan algún uso terapéutico. Por eso, es necesario explicar un poco los riesgos que se corren cuando no se toma con seriedad este asunto.
¿Cuáles son los riesgos de la adicción a la marihuana?
Como ya hemos dicho, existe todo un debate en torno a la adicción a la marihuana. No obstante, hay estudios científicos que han demostrado cuáles son los riesgos tanto a corto, medio y largo plazo.
Por ejemplo, está comprobado que la adicción a los porros causa problemas en la concentración y la memoria a medio plazo. Sobre todo, en los jóvenes, teniendo en cuenta que es la mejor etapa de la vida para estudiar. Por lo que muchos, al presentar problemas de aprendizaje deciden abandonar sus carreras mucho antes.
Por otra parte, cuando se deja este hábito, algunas de esas capacidades pueden recuperarse, por lo que dejarlo siempre será la mejor opción.
Cuando se consume de manera habitual se puede crear dependencia y posteriormente adicción, siendo entre el 7% y 10% de los casos. Estos porcentajes son mucho más altos que en décadas pasadas. Las formulaciones que se comercializan hoy tienen una mayor concentración de THC del que se consumía en los 70, por ejemplo.
Un estudio realizado en Estados Unidos, demuestra que los jóvenes que consumen de manera habitual marihuana tienen un riesgo mayor. Tienen hasta un 40% más de probabilidades de sufrir depresión, alucinaciones, ansiedad o diferentes tipos de enfermedades mentales. Sobre todo, en el caso de las mujeres
Sobre los riesgos a nivel sexual, la adicción a la marihuana cambia la estructura en las células del esperma masculina, llegando a deformarlas. En las mujeres, altera de manera abrupta el ciclo menstrual y su capacidad reproductiva.
Consecuencias de la adicción a la marihuana
La adicción a la marihuana puede presentar diversas consecuencias tanto a nivel físico como a nivel psicológico.
Consecuencias físicas
En primer lugar, están los problemas respiratorios. Las personas adictas a los porros suelen presentar cuadros de bronquitis o ataques de asma. También se presentan problemas de corazón, donde la hipertensión, las cardiopatías y las arritmias son las más comunes.
Finalmente, pero no menos importante están los problemas de pulmón, tales como fibromas o incluso, cáncer.
Consecuencias psíquicas
Son las más frecuentes y sobre todo, preocupantes para los especialistas. Además, hay que tener presente la edad de la mayoría de los adictos que cada vez son más jóvenes.
Estas son las consecuencias psíquicas más evidentes de la adicción al cannabis.
Agilidad mental reducida
La agilidad mental es una de las primeras en verse afectadas. Incluso, llegan a presentarse casos donde no se pueden resolver situaciones diarias comunes. Por ejemplo, decidir por una marca en el supermercado o responder de manera adecuada ante las responsabilidades laborales.
Poco deseo sexual
Así como cambia el ciclo menstrual y deforma las células de los espermas, el consumo de cannabis disminuye la líbido sexual. Esto a su vez trae problemas de autoestima y conflictos con la pareja. A pesar de que poco se habla de esta consecuencia, es una de las más frecuentes. Además, puede presentarse a cualquier edad.

Apatía
La apatía y la pérdida de motivación son de las principales características de quienes fuman porros. Sin importar el entorno, ya sea laboral, de pareja o familiar, simplemente se pierde el interés. Este problema llega a ser causante de divorcios, despidos y, en general, de graves problemas personales.
Fallos en la memoria
Otra de las consecuencias más comunes del consumo regular de cannabis trae consigo un grave problema de memoria. El paciente, en muchos casos, tardará en recordar detalles que incluso han pasado en menos de 24 horas.
Problemas psíquicos mayores
El cannabis es una sustancia psicoactiva y por sí sola es peligrosa. Tiene la capacidad de activar enfermedades severas como ansiedad, depresión, alucinaciones o incluso, cuadros de esquizofrenia.
Estos problemas son especialmente peligrosos en edades jóvenes. Has de tener en cuenta que el sistema nervioso se encuentra aún en fase de maduración, proceso que puede verse truncado y alterado.
Otro grave peligro es el combinar el consumo de cannabis con alcohol como con otras drogas, ya que los efectos serían mucho más potentes. Por supuesto, los efectos negativos serán mucho mayores.
¿Cómo saber si alguien es adicto al cannabis?
Uno de los pasos más difíciles para cualquier persona es reconocer que tiene un problema de adicción. Por supuesto, a pesar de la creencia popular, la marihuana sí puede crearla.
Cuando se consume de manera excesiva, el cannabis estimula determinados núcleos en el cerebro que a su vez cambian su estructura y se da paso a la adicción. A continuación, te dejamos algunas señales de alerta:
- Irritabilidad
- Problemas para dormir
- Cambios de humor
- Poco apetito
- Malestar físico
- Agitación
¿Cuesta dejar de fumar porros de marihuana?
Todo dependerá de lo avanzado que sea el nivel de consumo o la cantidad que se fume. Es un trabajo diario que requiere de paciencia y determinación, como con cualquier adicción.
Además, dejar de fumar porros trae consigo una serie de beneficios que se pueden notar de manera casi inmediata. Durante las primeras semanas, el sistema nervioso central empieza a activarse nuevamente. Produce lo que se conoce como un despertar mental.
Por supuesto, el síndrome de abstinencia hará las cosas un poco complicadas. Por eso, es recomendable buscar apoyo psicológico y realizar actividades físicas. Por supuesto, nunca debe ser reemplazada por otras drogas ni mucho menos el tabaco o alcohol.
¿Cómo dejar los porros de marihuana?
Son muchas las preguntas que se hacen en torno a este tema. Lo más importante es tomar la decisión de dejar los porros. Este proceso debe hacerse con ayuda, ya que en soledad es mucho más complicado. Contar con la ayuda de un centro de desintoxicación es la mejor opción, además de tener el apoyo de la familia o los amigos cercanos.
Una norma es no engañarse. Hay que ser siempre sincero respecto a la cantidad y la continuidad en la que se consume. Una vez reconocido el problema, es momento de dar un paso al frente.