Una persona fácilmente puede identificar que tiene problemas con el consumo de alcohol cuando bebe demasiado, necesita hacerlo de manera frecuente y cuando lo hace lo ingiere muy rápidamente.
De hecho, el exceso en el consumo de bebidas alcohólicas está incluidos entre los problemas de salud pública más frecuentes en la mayoría de países. De acuerdo con diferentes estudios, el 13% de los adultos españoles bebe alcohol al menos una vez al día, ocupando el segundo lugar de países de la Unión Europea.
¿Cuándo se tiene un trastorno por consumo de alcohol?
El trastorno por consumo de alcohol, conocido como AUD por sus siglas en inglés, es un problema o afección médica que se caracteriza por la poca capacidad de tener control sobre el consumo de bebidas alcohólicas, aún y a pesar de las consecuencias que esto pueda traer desde el punto de vista social, laboral o sobre la salud en general.
Este trastorno también abarca algunas otras afecciones que se conocen como:
- Dependencia al alcohol.
- Adicción al alcohol.
- Abuso del alcohol.
- Alcoholismo.
Considerado como un trastorno cerebral, está clasificado en tres etapas: leve, moderado e intenso. Cuando el consumo es excesivo, puede causar cambios en la estructura cerebral, lo que a su vez lleva a que las personas sean más vulnerables a las recaídas.
Aún y a pesar de lo grave que parezca el cuadro, el tratamiento es bastante efectivo. Basado en terapias conductuales, grupos de apoyo y tratamiento farmacológico, permitiendo alcanzar y sobre todo mantener, la recuperación.
¿Qué fármacos existen para el tratamiento del trastorno por consumo de alcohol?
En la actualidad, el tratamiento farmacológico para el alcoholismo tiene por finalidad ayudar a resolver esta adicción. En el mercado existen distintos medicamentos aprobados y autorizados, siendo muchos de ellos utilizados para el tratamiento de otros trastornos que van ligados al consumo de alcohol.
Es importante resaltar que el tratamiento farmacológico para el alcoholismo no es precisamente una cura milagrosa, sino más bien una alternativa que lo compensa, pues la adicción al alcohol es considerada como una patología de carácter crónico.
Ahora bien, el tratamiento farmacológico para el alcoholismo también supone una alternativa a la psicoterapia, aunque ninguno de los dos es una solución definida al problema.
Opciones disponibles
En España, hay actualmente cuatro fármacos autorizados para el tratamiento del alcoholismo, todos ellos sujetos a prescripción médica, por lo que para adquirirlos es fundamental contar con una receta.

Acamprosato
Este fármaco se comercializa bajo el nombre de Campral ®, contribuye a la reducción del consumo de alcohol, permitiendo al paciente conseguir la abstinencia.
Está especialmente indicado para pacientes que se encuentran en proceso de recuperación, especialmente durante el primer año de abstinencia.
Cuando una persona ha sufrido una exposición crónica al alcohol en su cerebro se produce un desajuste en los neurotransmisores y receptores nerviosos, el acamprosato se encarga de restablecer este equilibrio, permitiendo un normal funcionamiento.
Está autorizado en España desde 1996, mejorando los síntomas de la abstinencia, regulando los ciclos de sueño, así como los mecanismos de inhibición y excitación.
Disulfiram
Comercializado bajo el nombre de Antabus ®, es el que más se utiliza para estos tratamientos.
Pertenece al denominado grupo de los interdictores, pues su efecto consiste en desencadenar una especie de “alergia” cuando entra en contacto con el alcohol. Esto quiere decir que el paciente que se encuentra en tratamiento y por alguna razón ingiere bebidas alcohólicas experimentará algunos síntomas como mareos, vómitos, prurito y rubefacción.
Su consumo está autorizado en España desde el año 1949.
Naltrexona
Este fármaco se utiliza en el tratamiento de diferentes tipos de adicciones. Naltrexona tiene algunas propiedades similares al acamprosato, aunque es particularmente eficaz en la disminución del deseo de consumo.
Se comercializa bajo el nombre de Tranalex ® y su eficacia se debe a la disminución de ese estado de euforia, lo que a su vez interviene en los deseos de beber. En España está autorizado desde el año 1998.
Nalmefeno
Comercializado bajo el nombre de Selincro ®, se utiliza especialmente en el tratamiento de pacientes adultos con nivel de consumo de alto riesgo.
La mayoría de pacientes que son prescritos con este medicamento, no presentan síntomas físicos de abstinencia. Su efecto está dirigido a reducir el consumo de alcohol, actuando sobre los receptores cerebrales que incitan al consumo, lo que quiere decir que el paciente experimentará cada vez menos ganas de beber.
Por sus efectos, muchos lo han bautizado como «la pastilla para beber menos».
Otros fármacos
Aunque su finalidad no es precisamente la de tratamiento farmacológico para el alcoholismo, existe una amplia lista de medicamentos que los expertos pueden utilizar como coadyuvantes durante la etapa de desintoxicación.
En este grupo se incluyen:
- Antidepresivos.
- Psicotrópicos.
- Ansiolíticos.
- Antipsicóticos.
Diversos estudios han determinado que este tipo de medicamentos pueden tener efectos positivos en ese estado de antojo, tanto en el alcohol como en el uso de otras drogas.
Es sumamente fundamental nunca caer en un proceso de automedicación, ya que cada caso es diferente y por ende el tratamiento también lo será, aun y cuando la adicción sea la misma.
¿Son necesarios los fármacos para tratar dicho trastorno?
Es importante entender que aún y cuan grave parezca el panorama, la mayoría de pacientes con trastorno de alcoholismo pueden verse ampliamente beneficiados al iniciar una terapia con fármacos.
Diversos estudios han determinado que alrededor de un tercio de las personas que inician este tratamiento, después de un año los síntomas se han reducido prácticamente por completo.
El primer paso siempre será iniciar un proceso de desintoxicación que debe ir de la mano de la terapia psicológica permanente. En la actualidad son muchos los centros de ayuda integral que están disponibles, como es el caso de institutoeuropeoalfi.es.
Por supuesto que la terapia psicológica, grupos de apoyo y otros recursos, van siempre de la mano con los fármacos, dándole la importancia que cada uno merece.
No existen tiempos determinados para superar estas adicciones, cada persona marca sus tiempos, el proceso de recuperación también lo es, lo ideal es siempre contar con el apoyo necesario, tanto a nivel profesional como personal.